
Los Alquimistas
Recuerdo mi infancia sin tiempo
Sentado en el árbol de piedra
Cantando la noche primera
danzando sin cuerpo y en fiesta
La siesta demora un abeto
Las lenguas de fuego descansan
Y al vuelo de mariposa te toco
éxtasis de remolinos locos
El viento resopla callado
por entre la roca eterna
encumbro a tus ojos de reina
El beso de amante cansado
Madre de todo un poco
Te canto este rito
Que dura cien años,
Que solo te baste
Para formar un lecho
Donde corra durante el estío
Por todas tus cumbres
Tú agua convertida en trigo
Entonces el ser y la sangre
Rebrotan,
La tierra del santo sepulcro
El nicho cavado en la testa
La sima en la cima del cuerpo
Trasformo mis voces en viento
Y canto recuerdos ignotos
De vidas crecidas al paso
Pellejos botados al raso.
Busco tus ojos de nuevo
Librando la sangre en la cueva
De agua y de fuego mezcladas
Y salto, con alas y a tientas
Arriba del árbol me esperas
Madre de todo un poco
Te canto este rito
Que dura cien años
Para formar un campo
Que crezca durante el estío
En todas la cumbres
Mi sangre convertida en vino.
Rafael Martel
2 comentarios:
salud por los abetos las amadas y los lechos
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