Música marcial y homenajes despidieron a Miguel Serrano
"El hitlerismo esotérico del escritor, no perjudicó en nada su obra literaria", comenta Armando Uribe. "Fue original, curioso y muy diferente", complementa José Miguel Varas.
M. SALLATO / V. MANDUJANO
Con una iglesia San Pedro repleta, en Santiago centro, ayer en la mañana se inició la ceremonia religiosa para el escritor y ex diplomático Miguel Serrano, quién falleció el sábado a causa de un derrame cerebral. Allí, dos de sus hijos -Carmen y José Miguel-, y uno de sus nietos, el cineasta Sebastián Araya ("Azul y Blanco") recordaron el legado que el intelectual desplegó en Chile y en su paso por India, Austria y Yugoslavia, donde fue embajador.
Conocido por su adhesión al nacionalsocialismo tras el impacto que generó en él la Matanza del Seguro Obrero en 1938 -cuando en el Gobierno de Arturo Alessandri se asesinó a 60 jóvenes nazis- Serrano cultivó una obra literaria contundente que quedó replegada a segundo plano por su radical posición política.
Congregó a la importante generación del 38 cuando a través de la "Antología del verdadero cuento en Chile", dió a conocer una serie de rutilantes figuras para la literatura chilena. "Era una generación abierta, que dialogaba con intelectuales no sólo del círculo literario", afirma el escritor Armando Roa, quien conoció a Serrano a través de su padre (otro integrante de la generación). "Miguel Serrano era literatura en sí mismo, su obra está marcada por sus viajes, su experiencia personal y sus lecturas, que van desde lo local, con Huidobro, por ejemplo, hasta autores europeos como Hermann Hesse o Nietzsche", agrega.
Sus pares dicen que su escritura tenía la intención de crear una identidad nacional a través de la mitología, forjando lazos entre la historia, la geografía y el pueblo indígena; además de la influencia del misticismo hindú en la religión occidental.
Sin embargo, pese a sus méritos en las letras, nunca recibió el Premio Nacional de Literatura. "Sabía que no iban a dárselo por el tema del nacionalsocialismo, que fue una parte importante, aunque pequeña, en su literatura", asegura su hijo José Miguel. Su obra siempre quedó a la sombra de su tendencia política, aunque lo cierto es que sus temas también se adentraron en la filosofía, la religión, y los mitos y leyendas, lo que lo acercó a figuras de distintas corrientes y color político. "Las personas que más conocían y apreciaban a mi papá eran los socialistas. Entre ellos hay intelectuales destacados que pueden dejar de lado los estigmas y ven el verdadero valor que tienen las personas, en cambio la derecha se avergonzaba de algunas cosas", revela José Miguel Serrano.
El cajón fue retirado de la iglesia -mientras sonaba la tradicional marcha alemana "Yo tenía un camarada"- en dirección al Cementerio General, hasta donde llegaron adherentes del nacionalsocialismo a expresar su apoyo a quien consideraban un "héroe" y un mentor. Fernando Saieh -íntimo amigo de Serrano en sus últimos días-, leyó una carta donde dijo que "para él, era necesario mantenerse firme en los viejos sueños", terminando con frases a favor del movimiento y con un "heil Hitler, heil Miguel Serrano, y viva Chile".
Sus pares lo destacan:
ARMANDO URIBE
Premio Nacional de Literatura 2004
"La llamada ideología de Serrano, que tiene el nombre pintoresco de 'hitlerismo esotérico', es una manifestación de carácter surrealista y no perjudica en nada su obra literaria, realizada con una pluma aguda y penetrante. Fue un hombre de amistades profundas, como la que tuvo con Jung y con Hermann Hesse (en cuya casa vivió). En su notable 'Memorias de él y yo', en cuatro tomos (1993 - 1996), pinta un gran sesgo de la vida chilena. Es una de las mejores memorias que se hayan escrito en el país".
JOSÉ MIGUEL VARAS
Premio Nacional de Literatura 2006
"Serrano es un escritor bastante original, curioso y muy diferente. Su libro de crónicas 'Ni por mar ni por tierra' es muy interesante. En él se da una mezcla de esoterismo (con ribetes vinculados al hinduismo), con el culto a Hitler y al nacionalsocialismo. He leído cosas de Serrano verdaderamente atroces, justificando el antisemitismo y el Holocausto. Sin embargo, es un escritor que debe tomarse en consideración, fundamentalmente por sus crónicas juveniles y por sus 'Memorias de él y yo".
Obras fundamentales
En su primera publicación, "Antología del verdadero cuento en Chile" (1938), Serrano reunió a sus compañeros de generación Eduardo Anguita, Juan Emar y Juan Carlos Droguett, entre otros. La publicación hizo que estos autores comenzaran a ser reconocidos.
"Las visitas de la reina de Saba" es un libro emblemático publicado en 1960. Contó con un prólogo del psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl G. Jung, quien distinguió a Serrano con su amistad. Fue editado por primera vez en Nueva Delhi, en su época de embajador.
Miguel Serrano concluyó el cuarto tomo de "Memorias de él y yo" (Misión en los Transhimalaya) en 1996. Según Armando Uribe, "Es una de las mejores memorias que se hayan escrito en el país". Contiene una gran dosis de surrealismo, una de sus características.
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