Montaña y Arbol

Poesía, Cuentos, Arte y Literatura

sábado, marzo 07, 2009

(UBI BENE, IBI PATRIA) (En donde me encuentro bien, está la patria)


Samadhi para Don Miguel Serrano

En esta patria, de insignes hombres ha fallecido uno de sus hijos más preclaros. Don Miguel Serrano, intelectual de nota se nos ha ido en silencio sin fanfarria, sumido en el sentimiento patriótico y en el éxtasis de una senectud ennoblecida por una trayectoria lírica intachable, no tuvo el reconocimiento publico que se merecía, para él no hubo ni habrá días oficiales de duelo ni visitas de altisonantes de autoridades, y esa circunstancia feliz  habla de Don Miguel Serrano a las claras: Se mantuvo de veras fiel a la causa de los invictos, sin retorcimientos, no fue un hereje con la patria, muy por el contrario se persigno tantas veces frente a ella, le rindió honores, la amo como ninguno, caballero leal, no un oportunista de pacotilla ni un vende patria de esos proliferando a costillas del erario de todos los chilenos. Don Miguel Serrano fue un hombre de letras. Mítico y místico, supo adoctrinarse, acepto con valentía el más difícil de los credos. No se achuncho, le echó pa’adelante como dice el hombre de campo, vibró con el ideario, no buscó el camino infame de los advenedizos de la pasarela cultural progresista, se atrinchero en el patriotismo y en el saludo verdadero a la bandera, no se guardó nada bajo la manga. Su fidelidad a los mártires del Seguro Obrero cautivó a los iluminados.

     No fue un Neruda parasito del partido, no fue un Volodia metiendo  en el proletariado en un forro del porte de un buque, no fue un poeta destruido por el nihilismo, no se pudrió en la cuchufleta, ni busco a manos llenas el Premio Nacional de Literatura como muchos que se tienen el tupé de negarlo, empero desearlo con saña y lobby. Don Miguel Serrano fue un entusiasta de la palabra mágica: Chakra, Kailás, Lingam, Kaula, Kapalika… sonidos extraños para nosotros… Para Don Miguel, vocabulario íntimo, dado a conocer en la ciudad de las bodas eternas. Pero no nos engañemos: Chiloé, Huillinco, Cucao, Chonchi, son pueblos legendarios en la prosa vaticinadora de don Miguel.

     El poeta perdió al Dios católico en el internado Barros Arana pero descubrió con jolgorio  la Atlántida: allí encontró todo reunido: animal, hombre, piedra, mujer, árbol.     

     Concluyo, estas modestas palabras de homenaje a Don Miguel Serrano citando unas luminosas de él: Si hay una raza en el futuro, ella deberá ser la de los titanes, resurgidos del seno de los montes albos, al espacio abierto, para continuar una historia que antaño no terminaron: la vida triunfante del hombre dio sobre la tierra.

 

 

BRUNO VIDAL

Poeta  

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