Montaña y Arbol

Poesía, Cuentos, Arte y Literatura

miércoles, octubre 11, 2023

Los doce trabajos de Hércules

El Cinturón de Hipólita

 

El noveno trabajo de Hércules fue el de obtener el cinturón de Hipólita, la reina de las amazonas. Este trabajo fue ideado por Admete, que conociendo que a su padre el rey, ya le faltaban las ideas para indicar a Hércules un trabajo de dificultad suprema. Admete era una princesa que disfrutaba de los lujos de palacio y había desarrollado un carácter caprichoso, siempre sintiendo envida y codicia por poseer más y que era una semblanza del carácter de su padre.

 

A Euristeo le pareció una tarea de gran peligro el capricho de su hija y le concedió el deseo.

Creta y Tracia se podían considerar los límites meridional y septentrional de la patria griega. Pero el ámbito de las peticiones de Euristeo no terminaba ahí. Por deseo de Admete, hija de Euristeo, Heracles se dirigió al reino de las Amazonas, un pueblo mítico que se creía vivía al Noreste de Asia Menor, a la conquista del cinturón de su reina, Hipólita, que simbolizaba el poder que ella tenía sobre su pueblo.

Hipólita era reina de las amazonas, un pueblo de mujeres guerreras, muy temidas y respetadas por todos. Bravas mujeres que pasaban la vida adiestrándose en el arte del combate y la lucha, por lo que eran unas temibles adversarias. Habían sido las primeras en utilizar montura para los caballos y no permitían a los hombres de su reino conocer el arte de la lucha relegándolos a las tareas mundanas.

 

El cinturón de la reina de las amazonas era un extraordinario cinturón de oro que el Dios Ares había regalado a su hija.

 

Hércules viajó con algunos compañeros hacia Temiscira, la ciudad de las amazonas. La reina Hipólita al ver Hércules se sintió atraída por él y lo trato con mucha amabilidad.

 

Hércules al ver el buen trato, en vez de robar o luchar por el cinturón, pensó en cultivar la amistad para después pedírselo prestado por un tiempo como símbolo del amor que había surgido entre los dos guerreros.

 

Pero la diosa Hera, siempre dispuesta a poner dificultades en la vida de Hércules, se transformó en guerrera amazonas y fue pregonando que Hércules y sus hombres querían robar las pertenencias más importantes de los templos de las amazonas, incluido el magnífico cinturón de Hipólita.

 

Las amazonas ofendidas, encolerizadas, sintiéndose engañadas con Hipólita a la cabeza atacaron el barco de los griegos. Tras una feroz lucha, Hipólita cayo herida y finalmente muerta.

 

Una vez muerta Hércules, con gran tristeza por el afecto que sentía por Hipólita la amazona, le despojo de su cinturón para cumplir su misión y llevarle la prenda a Abdete, la hija del rey Euristeo, que probablemente no le daría valor. Para él en el recuerdo, el cinto sería botín y prenda de amor.

 

Euristeo de nuevo sorprendido porque había llevado a buen puerto este trabajo, regalo el cinturón a su hija y comentó a Hércules que volviera al día siguiente que le indicaría cual sería el décimo trabajo de Hércules.






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