Los Doce Trabajos de Hércules
Las Manzanas de oro de las Hespérides
Cuando
la diosa Hera se casó con Zeus, Gea, les regaló unas manzanas de oro que Hera
plantó en su jardín y que custodiaban las Hespérides con la ayuda de un dragón.
Euristeo
mando a Hércules a que cogiera los frutos de Hera, para ello Hércules tuvo que
vagabundear por diferentes lugares del mundo haciendo uso de la copa de Helio
para poder localizar el jardín. En una de las incursiones liberó a Prometeo de
su cautiverio y éste a modo de recompensa le instó a que encontrara al Titán
Atlas que era quién soportaba el peso de la Tierra y el único que sabía dónde
estaba el jardín de las Hespérides.
Hércules
llego a la región de los Hiperbóreos, encontrándose con Atlas. Para convencerle
le dijo que él mismo sostendría el mundo liberándole de la carga mientras Atlas
iba a buscar las manzanas. Así fue como Atlas volvió con las manzanas en sus
manos, pero le dijo que él mismo iría a dárselas a Euristeo. Hércules viendo
que sería condenado a cargar con la Tierra sobre sus hombros, engañó de nuevo
al Atlante, diciéndole que, por favor, sostuviera un momento el mundo mientras
se colocaba una almohada en los hombros para protegerlos, Atlas cayó en la
trampa y Hércules se marchó con las manzanas. Finalmente, como Euristeo no
sabía qué hacer con éstas se las regaló de nuevo a la Diosa, quién las volvió a
colocar en su jardín.
Tras completar sus primeras diez labores,
Euristeo les dio dos más afirmando que ni la hidra contaba (Ya que Yolao le
había ayudado) ni los establos de Augías (ya sea porque había recibido pago por
el trabajo o porque los ríos hicieron el trabajo). La primera de estas dos
labores adicionales fue robar las manzanas del jardín de las Hespérides.
Hércules capturó primero al Anciano del mar, un dios marino cambia-formas, para
aprender donde se encontraba el jardín de las Hespérides.
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